Eczema atópico, polen y alergia: ¿Qué vínculos existen?

Eczema atópico, polen y alergia: ¿Qué vínculos existen?

Eczema y alergia al polen

El eczema y la alergia respiratoria: dos “primos hermanos”

En primavera, cada año, muchas personas se enfrentan a un alérgeno muy conocido: el polen. Es uno de los factores medioambientales que pueden desencadenar una crisis de eczema en una persona atópica. El componente atópico también favorece el desarrollo de alergias al polen que afectan a las vías respiratorias, así como el asma y la rinitis-conjuntivitis.

El polen puede influir en el eczema

El polen como desencadenante

El eczema atópico es el resultado de una reacción exagerada de la piel a determinados factores medioambientales: polen, calor, pelo de animales, etc. Al penetrar en la piel, que es más frágil cuando se sufre de atopia, desencadenan una inflamación y aparecen las famosas placas rojas que tanto pican.

La presencia de polen no es un problema para todo el mundo: puede influir en el eczema de un niño, pero no en el de su amigo. Y como ocurre con muchos de los factores desencadenantes, se combinan como un puzle, formando una combinación única para cada individuo. Esta circunstancia suele hacer que resulte difícil controlar el entorno para limitar las crisis, ¡o frustrante no dar con “el responsable”!

“Se trata de una hipersensibilidad y no de una alergia propiamente dicha: se puede tener un eczema y ser alérgico al polen, o no”.

Evolución hacia una alergia al polen: el asma y la fiebre del heno

Aunque los niños con eczema atópico tienen más probabilidades de volverse alérgicos al polen, no todos los niños lo acaban siendo. Cuando se da el caso, la alergia se manifiesta en la nariz, los ojos o las vías respiratorias, con la aparición de:

  • asma alérgica
  • rinoconjuntivitis alérgica (“fiebre del heno”)

El asma, el eczema atópico y la fiebre del heno son distintas manifestaciones de un mismo componente: la atopia. En algunas personas atópicas pueden presentarse las tres manifestaciones, de forma alternativa o no, y en otros solo se dará una o dos de las tres a lo largo de la vida. Cuando el eczema es el primero en aparecer (lo que es bastante habitual) y luego le sigue el asma y a continuación la rinitis, se habla de marcha atópica.
El término “marcha atópica” hace referencia al hecho de que la enfermedad atópica suele seguir un patrón bastante estereotipado: la primera manifestación es el eczema, que comienza durante el primer semestre de vida, la segunda es el asma, que empieza entre los 2 y los 4 años, y la tercera es la rinoconjuntivitis. 

El 20% de los franceses sufre de alergias respiratorias.
Un niño tiene un 30% de riesgo de ser alérgico si uno de sus padres lo es.

Protegerse contra los efectos del polen (eczema y alergias)

Mantener los alérgenos a distancia

Evitar el polen puede contribuir a aliviar el eczema, junto con una higiene y unos cuidados adaptados, aunque estas medidas resultan sobre todo importantes a la hora de mejorar el asma y la rinitis atópica
En realidad, uno no puede deshacerse de él, pero sí limitar su presencia en las proximidades:

  • cuidar el césped para evitar la floración de las gramíneas
  • evitar plantar árboles con potencial alergénico conocido (como el abedul). 

En períodos de alta concentración de polen en el aire, estas son algunas de las recomendaciones de la Asociación Francesa para la Prevención de Alergias:  

  • Ventilar las habitaciones a primera hora de la mañana, cuando el polen está menos presente en el aire
  •  Llevar gafas y una mascarilla que cubra la nariz y la boca para limitar la inhalación durante los picos de polen 
  • Evitar salir a media mañana y a última hora de la tarde, sobre todo si es para practicar deporte 
  • Evitar salir a pasear en tiempo seco, soleado y ventoso en zonas de alto riesgo de polen 
  • Evitar circular en coche con las ventanas abiertas
  • Hacer revisar los filtros de polen de su vehículo periódicamente
  • Cambiarse de ropa y lavarse la cabeza al volver a casa
  • No salir con el cabello mojado ni poner a secar la ropa en el exterior.

¿Es necesario hacerse las pruebas de la alergia?

No existe consenso al respecto. En resumidas cuentas, las pruebas no son útiles para tratar el eczema por todas las razones descritas anteriormente. Sin embargo, en algunos casos pueden servir para confirmar el diagnóstico de atopia. En caso de asma o rinitis alérgica, permiten saber qué tipos de aeroalérgenos (distintos pólenes, ácaros del polvo...) conviene evitar.

¿Se puede calmar el eczema con antihistamínicos?

Hoy en día no hay pruebas concretas de que los antihistamínicos puedan reducir el eczema. Esto se debe a que el picor (prurito) en el eczema no está relacionado con la liberación de histamina.

Los antihistamínicos son sobre todo útiles a la hora de tratar un posible cuadro de asma o rinitis asociado a un eczema. Pero el uso de antihistamínicos como tratamiento complementario no está desaconsejado; en particular, los que tienen un efecto sedante pueden mejorar el sueño…

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