Lavarse e hidratarse cuando se sufre de eczema atópico

Lavarse e hidratarse cuando se sufre de eczema atópico

Lavarse e hidratarse cuando se sufre de eczema atópico

Es conveniente lavarse muy a menudo durante todas las fases del eczema atópico. La higiene de la piel es importante para evitar que esta piel fragilizada se infecte. Después de cada baño o ducha, hay que hidratarse, ambas cosas deben ir siempre juntas.

Lavarse a diario

Baño o ducha

Cada día hay que darse una ducha o un baño de 5 minutos (duración recomendada por los expertos europeos), champú incluido, siguiendo las prácticas de aseo adecuadas para cuando se sufre de eczema. Se puede tomar una segunda ducha durante el día si se realiza otra actividad (deporte, playa...), pero esta vez sin usar ningún producto limpiador, tan solo agua corriente.

Se puede adaptar la frecuencia según la temporada: en invierno se puede reducir un poco la frecuencia de lavado, por ejemplo, especialmente en el caso de los niños.

¿Con qué lavarse?

La piel atópica carece de cuerpos grasos. Por eso hay que evitar el jabón, que es un detergente y tendría el efecto de emulsionar la poca grasa que queda en la piel.

Es preferible utilizar este tipo de productos:

  • Aceite limpiador
  • Gel o crema limpiadora
  • Syndet (detergente sintético)
  • Pan dermatológico

Hay que usar productos adaptados a la piel atópica, es decir, no irritantes y sin sustancias alergénicas.

Con un único “enjabonado” al día es suficiente, priorizando la cara, los pliegues y la zona perianal. No hay necesidad de enjabonarse todos los días de los pies a la cabeza.

“Si no hidratamos la piel después, el baño no ejerce un efecto beneficioso sobre la piel atópica”.

Después de lavarse, viene la hidratación

Las cremas hidratantes

Los emolientes son magníficos aliados cuando uno sufre de piel atópica: hay que aprender a hacerles un hueco en su vida rápidamente. Permiten:

  • espaciar los brotes
  • tratar la piel seca
  • limitar la penetración de los irritantes o alérgenos presentes en nuestro entorno

Se trata de un tratamiento básico que ayuda a reparar la piel restaurando su función protectora (barrera cutánea). Por lo tanto, debemos elegir y utilizar un emoliente que nos convenga perfectamente: si nos produce picor o nos incita a rascarnos es porque no es el adecuado, ¡así que tendremos que cambiarlo!

A menudo se habla de crema hidratante, pero en realidad el emoliente también puede ser en forma de cerato, bálsamo, leche, aceite, e incluso spray...

Eso sí, no es un sustituto de la crema con cortisona

La crema a base de cortisona constituye la otra mitad del tratamiento, empleada para suprimir la inflamación. Debe aplicarse durante los períodos de crisis exclusivamente sobre las placas de eczema, usando siempre como complemento el emoliente en el resto del cuerpo.
 

Aplicarse bien la crema hidratante

Hay que ponerse bastante cantidad: una persona con eczema atópico consume aproximadamente 2 grandes frascos al mes. Además, hay que aplicarla por todo el cuerpo: se necesitan unos 5 minutos para hidratar todo el cuerpo.

Hay que procurar no aplicarla en las rojeces demasiado intensas, centrándose exclusivamente en la piel sana. No se debe poner crema hidratante en las zonas con inflamación (de hecho, si pican, este puede ser el motivo).

Su aplicación debe ser un momento agradable, un ritual diario como cepillarse los dientes, y no olvide que puede seguir nuestros consejos sobre cómo aplicarse bien la crema siguiendo la técnica de la mariquita, por ejemplo. ¿Se siente como viscoso o pegajoso?

Puede que haya aplicado demasiada cantidad, así que puede probar aplicando menos... También puede tratarse de una señal que le envía su piel para indicarle que esa no es la textura adaptada. Pida consejo a su farmacéutico: podrá ayudarle y darle a probar las distintas texturas disponibles en el mercado. Se producen frecuentemente innovaciones en este ámbito.